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La cepa Chardonnay es una de las más extendidas a lo largo del mundo vitivinícola, es una uva que se ha adaptado muy bien a diferentes tipos de terroir, produciendo vinos blancos tanto jóvenes, frescos y frutales como vinos de cuerpo y untuosos...
Origen y zonas de cultivo de la uva Chardonnay
La variedad de uva Chardonnay tiene su origen en la región francesa de Borgoña. Su nombre es la adaptación al francés de la palabra hebrea Sha’har-adonay, que significa “Puerta de Dios” en referencia a la ciudad santa de Jerusalén.
La cepa Chardonnay es una de las más extendidas a lo largo del mundo vitivinícola, es una uva que se ha adaptado muy bien a diferentes tipos de terroir, produciendo vinos blancos tanto jóvenes, frescos y frutales como vinos de cuerpo, untuosos. Esta cepa brinda un mosto suave y aromático que da el toque sutil a algunos cavas y al champagne. Por su versatilidad y extensión de sus plantaciones es llamada por muchos la reyna de las uvas blancas
Existen muchas denominaciones de origen que destacan por sus Chardonnay. En Francia, por ejemplo, tenemos a Chablis, Montrachet, Meursault, Pouilly-Fuissé; en España Aragón, Cataluña, Extremadura, Navarra, La Rioja; otros países como Argentina resaltan la región del Maipu, Mendoza y en Alto Valle del Río Negro y, el caso de California tenemos el Chardonnay en varias zonas como el Napa Valley, Carneros, Sonoma County, Russian River Valley.
Características de la uva Chardonnay
La cepa Chardonnay se caracteriza principalmente por su maduración temprana y su gran resistencia y adaptabilidad a diferentes tipos de suelos y climas que no sean excesivamente húmedos. Se adapta bien a los suelos calcáreos, en especial el de champaña y, a los arcilloso-calcáreos, donde se destaca la región de Borgoña.
La cepa es vigorosa y de brotación precoz, presenta un pámpano de porte semi-erguido horizontal. Los racimos son de tamaño pequeño de compacidad media a elevada. Las bayas son esféricas y de tamaño mediano, de color verde-amarillo y de hollejo medio grueso. El mosto tiene un muy elevado contenido en azúcares y una alta acidez.
Es una variedad sensible a hongos y a los fríos primaverales y sus rebrotes tienen muy baja fertilidad, pero aguanta bien los rigores del invierno, además no es muy sensible a las roturas por el viento.
Vendimiada precozmente tiene poco cuerpo y bastante acidez lo que hace que sea apta para excelentes champagnes. Produce unos vinos monovarietales muy interesantes, potentes, afrutados y de acidez alta. Es apta para el envejecimiento en barrica, donde se aromatiza muy bien con la madera de roble y toma bastante cuerpo y una deliciosa textura.
Cómo se expresan los vinos Chardonnay, notas de cata
Fase Visual: En cuanto a su aspecto, la Chardonnay muestra desde un color pálido y amarillo, recordando a la paja, hasta un amarillo casi dorado, con reflejos verdosos. En los monovarietales Chardonnay resalta su limpidez y brillo, además de ser vinos de fluidez media por poseer normalmente niveles medios de alcohol.
Fase Olfativa: Esta variedad presenta un marcado equilibrio, una armonía de aromas frutales, entre los que se pueden apreciar matices cítricos y tropicales como el limón, la piña, mango, banana, melón; también la manzana verde, pomelo, pera, algo de especias o caramelo. Con la crianza se obtienen toques de vainilla, miel y manteca.
En función de la zona donde se produzca esta variedad, encontraremos distintos aromas. En Australia ofrece notas exóticas y encontraremos aromas de mantequilla y bollería en Borgoña.
Fase Gustativa: No tiene una abundante acidez y ofrece sabores dulces que recuerdan a la miel o el caramelo. Los vinos Chardonnay maduros dejan en el paladar un sabor a mezcla de frutas tropicales como piña, guayaba y mango. En cambio, los vinos Chardonnay jóvenes dejan un sabor a manzana y a limón. Algunos Chardonnay pueden tener sabores agregados, conocidos como sabores de roble.
En climas fríos la Chardonnay tiende a tener un cuerpo de medio a ligero, una notable acidez y sabores a ciruela verde, manzana y pera. En localizaciones cálidas los sabores se convierten en más cítricos y melocotón, mientras que en localizaciones muy cálidas aparecen más notas de higo y frutas tropicales como la banana y el mango. Los vinos que han pasado por la fermentación maloláctica tienden a tener una acidez más baja y sabores a frutas con una sensación más mantecosa en la boca y notas de avellana.
Maridajes de los vinos Chardonnay
El Chardonnay es ideal para acompañar con pescados blancos, grillados y ahumados. Mariscos como la langosta, langostinos y las ostras, así como las carnes blancas, preferiblemente el pollo, aunque si el vino tiene barrica va de maravillas con el pato.
Va muy bien además con los platos vegetarianos, las pastas con salsas ligeras como la Carbonara hacen una armonía casi perfecta.
Sobre su armonía con quesos, debemos evitar quesos fuertes, prefiriendo quesos suaves y de intensidad media. Las comidas condimentadas con nuez moscada, azafrán o jengibre, mejorana y pimienta blanca logran un excelente noviazgo con el Chardonnay, además le favorece el limón en los condimentos de las carnes o pescados.
Para la comida asiática también el Chardonnay tiene su receta, evitando los sabores fuertes o muy condimentados el Chardonnay armoniza muy bien con platos como la Tempura de vegetales y mariscos y el Sushi. Y en cuanto a los arroces la paella y Risottos son los elegidos por los vinos Chardonnay.
Elier, muy bueno el articulo, el origen del chardonnay, sus aplicaciones en el maridaje.
Muchas gracias Alexander, la Chardonnay es una cepa muy versátil, que nos deja realizar armonías para vivir una experiencia muy completa!
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