Poesía y vino. Las musas del vino

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¿Qué fuese de los poetas si no existieran esas musas traviesas e inspiradoras? ¿Qué fuera del pintor, del profesional del cine, del teatro? ¿Cómo podría el escritor de literatura sin la magia que polvorean sobre ellos? ¿Cómo lo haría el compositor de canciones?

Las musas, las musas son las que traducen cada uno de nuestros sentimientos para deletrearlos. Atrapan todos los poemas que andan volando por los cielos, todas las canciones que nos rodean y no escuchamos, las pinturas que yacen sobre un lienzo en blanco, guiando luego los pinceles hacia los exactos trazos.

Las musas del vino, contagiadas por lo mágico y divino que desborda esta mística bebida y todo lo que la rodea, se jactan y disfrutan de inspirar a los apasionados del vino como yo.

La Cordobesa, de Julio Romero de Torres, 1920

Cantares del vino se escuchan, canciones de pasión y vino acompañan las tardes, películas de amor y viñedos y mucho más; así que, rendido ante la irresistible motivación que ellas provocan, no puedo más que ceder ante sus encantos y aceptar en esos rostros que me invento, sonrisas de satisfacción triunfante, pues por demás, alardean de haberme inspirado a dedicarle estos versos.

Las musas del vino

Autor: Elier Fonseca Hernández

Unas de velos blancos
Otras de tintos velos
Son las musas del vino
Que van despertando ensueños

Musas de cabellos largos
Y picarezca sonrisa
Hacen feliz al enólogo
Y al lienzo del pintor hechizan

Inspiran los corazones
Usando de cómplice el vino
Para que broten canciones
Y música en torbellino

Las musas del vino vuelan
Y van batiendo sus velos
Liberando mil poemas
Al posar sobre el viñedo

Y no ha escapado el cineasta
De su magia y de su encanto
Tejiendo historias de amor
Para recordar por años

Todo apasionado sueña
Y transforma sus quimeras
Con el sólo toque de un dedo
De aquellas musas traviesas

Y enamoradas del vino
No nos dejan otra opción
Que permitir sus antojos
Liberando el corazón

El vino y solamente el vino, es el creador de esas musas que tanta belleza hacen brotar, que tantos corazones hacer vibrar!.

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