Si es usted un cineasta, actor, diseñador, compositor musical o de canciones, jugador de ajedrez, músico, pintor, escritor, poeta, o sencillamente practica cualquier disciplina, arte o hobby, donde la creatividad es pieza fundamental, le recomiendo dar vida a su talento natural usando un arma sutil y secreta: El vino.
Como se conoce, en el proceso de la creatividad existen aspectos que son vitales para obtener resultados sorprendentes. Es un proceso que normalmente se realiza de forma espontánea, como lanzado de nuestro subconsciente hacia la superficie, hacia la luz. El talento natural de las personas debe estar alimentado por factores como el conocimiento y, más que eso, por nuestro estado de ánimo, físico, espiritual y mental, así como las circunstancias en donde se desarrolla el proceso creativo.
Así, por ejemplo, tenemos compositores de canciones que han escrito sus mejores letras y melodías en estado de soledad nocturna o natural, viajando largas distancias o a partir de determinado estado de ánimo en diferentes momentos de su vida. De ello puedo dar fe, pues también soy compositor de canciones y escritor de poesías y prosas, logrando mis mejores creaciones en momentos y estados emocionales como los descritos en el párrafo anterior.
¿Qué papel juega el alcohol en el proceso de la creatividad?
Muchos son los creadores a lo largo de la historia que fueron grandes consumidores de alcohol, antes y durante el proceso creativo. Se pueden mencionar escritores, pintores, estrellas del pop y el rock y muchos otros que llegaron a ser famosos por sus obras. Recordamos al gran Ernest Hemingway, el famoso escritor estadounidense que solía visitar en la Habana el bar “El Floridita”, a disfrutar de su favorito coctel Daiquiri.
No nos referimos a la condición de llegar a estar embriagados mientras creamos, pues el efecto es totalmente el contrario: Dificulta la concentración y bloquea el proceso creativo. Se trata de que, debido a la condición de espontaneidad que demanda este proceso, un consumo de alcohol bien moderado, abre puertas a un enfoque poco rígido de pensamiento pues nos aporta un leve, pero suficiente, estado de desinhibición, que nos permite encontrar aristas diferentes e ideas innovadoras. Además, el alcohol distrae de la tarea central al intentar resolver un problema, permite acceder a la mente inconsciente y encontrar soluciones alternativas. Pero…
¿Por qué el vino alimenta nuestra creatividad?
Existen disimiles técnicas para incentivar la creatividad, pero hay un aspecto muy importante en que debemos trabajar, y que es sin lugar a dudas, nuestro estado de salud, especialmente lo relacionado con la realización de ejercicios físicos y el mantenimiento de una buena calidad en la alimentación. Ya que nuestro cerebro consume alrededor del 20% de la energía de nuestro organismo, es muy importante una alimentación que ayude a nuestra capacidad cognitiva y, por tanto, a nuestra imaginación y creatividad.
Hay alimentos que mejoran las funciones cerebrales. Se pueden encontrar alimentos antioxidantes que favorecen la irrigación sanguínea al cerebro; otros ayudan a las conexiones neuronales y ayudan a reducir el estrés y, se pueden encontrar los que mejoran la memoria. Por tanto, contribuyen decisivamente a mantener buen estado físico del cerebro, propiciando la creatividad.
El vino es uno de estos importantes alimentos que, aparte de poseer la cantidad de alcohol adecuada que, consumido de forma moderada, nos produce un estado de felicidad y euforia que nos motiva hacia un estado mental creativo, nos aporta varios beneficios a nuestro organismo y, especialmente a nuestro cerebro.
El vino contiene flavonoides que mejoran el flujo sanguíneo hacia las áreas del cerebro dominantes por algunas horas, ya que dilata los vasos sanguíneos y permite que más oxígeno llegue al cerebro.
Es un antioxidante por excelencia. Impide que nuestras arterias se endurezcan y que dificulten la coagulación, lo que se traduce en un mejor riego sanguíneo. El revesterol que está presente en el vino tinto permite activar las enzimas que mejoran la memoria y la plasticidad cerebral, o sea, la conexión neuronal.
En resumen, el despertar de nuestro talento o el mayor rendimiento de nuestras habilidades creativas, ya sea en la resolución de problemas o en el proceso creativo dentro de cualquier rama del saber humano, puede ser logrado combinando las técnicas conocidas para incentivar la creatividad (ya sean de las propias experiencias personales o las que nos aportan algunas ciencias como la psicología), con una alimentación donde el vino es imprescindible, es una clave secreta para la creatividad.