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Sellar las heridas de poda es una de las medidas preventivas más importantes que toma el viticultor para evitar la infección de las plantas. Su objetivo es crear una barrera física o biológica que prevenga de las infecciones de los cortes de poda.
Las heridas de poda y las enfermedades de la madera de la vid
Las heridas de poda de la vid surgen como resultado de la poda de la vid durante su ciclo vegetativo.
¿Por qué se recomienda curar las heridas de poda de la vid?
Al realizarse los cortes en la vid se obtienen muchos beneficios, tanto el de contar con un sistema de conducción de la vid, como de todo lo relacionado con la carga productiva de la planta, el control de su follaje, la calidad de las uvas, etc. Sin embargo, en los viñedos pueden existir elementos patógenos que infectan la planta a través de las heridas de poda.
Las heridas de poda de la vid son aprovechadas por esos elementos patógenos para penetrar en la planta, ocasionando las llamadas enfermedades de la madera de la vid, como lo son la Eutipiosis, el Decaimiento por Botryosphaeria y la Yesca.
Es por eso que es muy importante realizar la poda en períodos secos y sin vientos. Además, debido a que las enfermedades de la madera de la vid obstruyen el flujo de sabia, durante la poda se debe respetar el flujo de la sabia de la vid al localizar los cortes de poda en la parte superior de los sarmientos y, como medida adicional, los instrumentos de poda deben ser sometidos a rigurosos procesos de desinfección.
Las enfermedades de la madera de la vid tienen un efecto negativo en la salud de la planta, en cuanto a los volúmenes de producción y la calidad de las uvas. Por lo tanto, es de vital importancia sellar las heridas de la poda de la vid.
¿Cómo sellar o curar las heridas de poda de la vid?
Muchas son las medidas que se pueden aplicar para evitar las enfermedades de la madera de la vid, pero las medidas preventivas son las más empleadas y efectivas. Además de éstas, existen medidas que se aplican para evitar la dispersión o expansión de dichas enfermedades en el viñedo, así como las relacionadas con la gestión de las vides infectadas.
Cicatrizar o sellar las heridas de poda es una de las medidas preventivas más importantes que se toman por el viticultor para evitar la infección de las plantas. Su objetivo es crear una barrera física o biológica que prevenga de las infecciones de los cortes de poda.
Existen básicamente dos métodos para curar las heridas de poda.
- Aplicar algún tipo de mástic o pasta cicatrizante a los cortes o heridas de poda, las que suelen contener fungicidas, aportando un efecto protector y duradero. Esta es una práctica muy empleada pero puede requerir de bastante tiempo su aplicación y debe de aplicarse entre las 24 y 48 horas posteriores a la poda.
Pulverizar, en forma de fumigación o con un atomizador, alguna especie de Trichodermas, las que pueden colonizar los cortes de poda y prevenir de la infección de los patógenos de enfermedades de la madera. Este tratamiento debe hacerse lo antes posible después de la poda.
Productos recomendados para cicatrizar las heridas de poda
Existen varios tipos de pastas cicatrizantes para el tratamiento de las heridas de poda. Algunas se preparan de forma artesanal, empleando elementos naturales en su elaboración. Otras, en cambio, se elaboran industrialmente y tienen una alta efectividad, obteniéndose resultados muy positivos en la prevención de las enfermedades de la madera de la vid.
Dentro de las pastas cicatrizantes para heridas de poda de reconocida calidad se pueden mencionar las marcas Benzina, Tanglefoot, Agrobeta, Masticort, Zapi, Arbokol, Fertiberia, etc.
El Tessior es uno de los sellantes para heridas de poda que se aplica con atomizador. Es un producto y sistema de probada efectividad. Existen otros de similares características que también se aplican empleando equipos como los pulverizadores, nebulizadores y atomizadores.
En resumen, la prevención de las enfermedades de la madera de la vid aplicando las correctas técnicas de poda y su posterior tratamiento a las heridas de la poda, constituyen acciones decisivas por parte del viticultor para garantizar la salud de la vid, los esperados rendimientos productivos y, lo más importante, la calidad de las uvas para la obtención de vinos de alta calidad.
