“Oda al Vino” es más que una reverencia a la poesía embotellada, es una traducción del placer de la vida, en la derretida tinta de la pluma de Neruda.
Muchos han sido los poetas y escritores que han encontrado en el vino una mágica y profunda inspiración. Mas mostró en Pablo Neruda una expresión sutil y abarcadora, una especie de posesión divina que dicta las exactas palabras.
Neruda fue uno de los gigantes de todos los tiempos si de poesía de amor se trata y, con su cósmica visión para deletrear profundos sentimientos y para describir milimétricamente los cantos del corazón y del alma, no pudo escapar a la seducción casi mística del vino y puso en nuestras manos esta joya eterna sobre la poesía que yace embotellada y que luego se muestra como una oportunidad divina de placer para nuestros sentidos.
La anteriores palabras nos dicen a gritos que el vino abre caminos a la alegría, al optimismo de la vida, a la determinación por superar cualquier frontera por enconada que se nos muestre, porque el vino es primavera en sí mismo, el vino es canto.
El vino es erotismo, es amor, es vivir. El vino ha sido escenario de las más bellas historias de amor, ha prendido la llama de la sensualidad y a la vez del fino sentimiento entre dos alientos que se juntan para toda la vida. Pero a la vez ha sido siempre el eslabón que une firmemente a dos personas en una amistad inquebrantable y ha puesto en lo más alto los valores de los seres humanos.
A continuación, pongo a su alcance este maravilloso poema de ese grande de la poesía de todos los tiempos, Pablo Neruda. Disfrute cada palabra, cada imagen que este profeta de la poesía ha articulado para nosotros.
«Oda al Vino», de Pablo Neruda.
Gracias Neruda de siempre!
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